Es normal que un niño y una niña lloren, es su manera de
expresar lo que necesitan, veamos un ejemplo que nos aclare las dudas que
podemos tener:
Cuando un bebé tiene sed, hambre, calor, frío, o le duele
algo, el único medio con el que cuenta este pequeño ser, es precisamente su
llanto, para transmitir a los adultos las distintas necesidades que anhela,
tenemos que saber que el menor no tiene adquirido aún su lenguaje, y de alguna
forma tiene que pedir las cosas, lo hace llorando. Realmente, los padres y las
madres deben de aprender los distintos tipos de llanto, que tienen sus hijos e
hijas, son ellos los que por medio de la comunicación diaria enseñan a los
menores a llorar con mayor o menor intensidad, así que a medida que el menor
vaya creciendo llorará de diferente forma para cada cosa que pida a sus padres
y éstos lo comprenderán a diferencia de los primeros meses de vida del menor,
que para todo lo que necesitaba emitía el mismo sonido mientras que sus progenitores
no sabían en ningún momento lo que hacer, porque no distinguían el
llanto de
querer comer, por hambre, del de recibir cariño. Todo esto cambia, en cuanto el
niño o la niña comienzan a tener vocabulario, ya tienen otra forma de expresar
lo que quieren a través de sus propias palabras, de esta forma las necesidades
básicas del menor, no serán pedidas por medio del llanto, ahora se comunica con
su lenguaje, para todo aquello que quiere o necesita mientras que llorará
solamente para recibir cariño de sus padres o bien por haberse hecho daño o por
querer tener cerca el calor de su papá y de su mamá. Finalmente, debo decir que
cuando un niño y una niña se separa de sus padres, bien porque lo dejan en la
escuela o en otro lugar, sin que ellos permanezcan a su lado, los menores
llorarán, y poco a poco se les tiene que ir enseñando que deben ser mayores,
porque a donde van, es para pasárselo bien jugando, mientras papá y mamá se van
a trabajar. Todas las rabietas que un niño/a tenga, es decir, que llora de forma
desconsolada, los padres deben de dejarlos hasta que los pequeños se hayan
relajado y es entonces cuando se les explica lo que hay que hacer en cada
momento y nunca ir corriendo a socorrer al menor porque empiece a llorar, si no
es porque se haya hecho daño con una caída o un golpe, si se coge al pequeño en
cuanto llore, lo estamos acostumbrando, a que
a la menor cosa que pida o quiera,
sabe como conseguirla: ¡llorando!.
Por eso ¡Papás y Mamás!, tenéis que saber actuar en cada
momento, con vuestro hijo o hija: el bebé no sabe pedir las cosas de otra forma
que no sea la de llorar, cuando va creciendo modula su llanto para cada cosa
que necesita, cuando comienza a hablar las necesidades básicas no las pide
llorando, llora cuando precisa el cariño de sus progenitores, consolarlo,
cuando llore por hacerse daño, si llora sin ningún motivo dejarlo que se calme
y explicarle las cosas tal y como son, estas son algunas premisas que a los
padres les orientan en el conocimiento de sus hijos e hijas mientras se encuentran
en su período de desarrollo.
¡Tenemos que entender a nuestros hijos e hijas cuando
lloren, saber lo que nos quieren decir y actuar de la mejor forma posible para
no equivocarnos!
¡Si un niño o una niña llora, dejarlos, nunca les gritéis ni
les digáis que se callen!
¡No saben expresarse de otra manera!
¡Consuela a tu hijo y a tu hija, cuando lloren por haberse
hecho daño!
¡Si se llora por capricho, hay que dejar que se relaje y
después explicarle lo que es correcto en cada caso!
Si no entendemos a nuestros hijos/as, si no los comprendemos
y no los educamos correctamente, no habremos hecho nada y esto nos acompañará
toda la vida.
Patricia
Burgos Pardo
No hay comentarios:
Publicar un comentario